Matías


Hoy amaneció con lluvia, pero en un par de horas empezó a caer una nevada de las fuertes y no parece que quiera parar. Esta es una de las fotos que acabo de hacer con el móvil.

 

Nieve en Las Rozas 1

Nieve en Las Rozas 1

Y otra foto más.

 

Nieve en Las Rozas 2

Nieve en Las Rozas 2

Lo más difícil en este tipo de días es mantener a Matías ocupado dentro de casa sin que se vuelva loco. Ale es especialista en eso, a las pruebas me remito.

 

Matias pintando

Matías pintando

Un abrazo,
Fede

Si bien algunos ya estamos de vacaciones desde el viernes pasado, ayer hicimos un festejo familiar en las oficinas de Akamai. Todos los que tenemos hijos los llevamos para que jueguen y disfruten de otra forma el espacio que tenemos en la oficina, que no sólo sirve para trabajar, como ellos han demostrado.

En este album de Picasa dejo algunas fotos. Mientras tanto, yo me voy a disfrutar de estas 2 semanas de vacaciones de invierno, que vienen muy bien para desconectar, cerrar el año de forma relajada y vivir intensamente estas fechas en familia.

Niños en Akamai

Un abrazo,
Fede

Esta es una técnica que le enseñaron a Matías en la guardería para ponerse su abrigo. Es curioso, pero los niños lo aprenden rapidísimo.

Saludos,
Fede

 

Matias y yo en el sofá

Matías y yo en el sofá

Esta mañana surgió el típico debate sobre pegarle a los niños, si es bueno o no. Me gustan estos debates porque sacan a flote la verdadera miseria humana, la hipocresía, la doble moral y todo tipo de excreciones similares tan tradicionales en el ser humano. Personalmente creo que es un tema de fácil resolución: la violencia nunca está justificada y menos cuando es dirigida a un niño. En primer lugar, pegarle a un ser indefenso me parece un acto de cobardía. Más aún, cuando se trata de un niño, quien no sólo está en inferioridad de condiciones tanto físicas como intelectuales. Un menor no tiene la capacidad de discernir ciertas cosas como se presupone en un adulto. Eso para empezar a hablar. En segundo lugar, decir que un chirlo es un correctivo leve, que no es pegar, me parece otro acto lamentable de justificación patética. Pegar es pegar, no importa la intensidad. Con ese argumento, dar una bofetada a un compañero de trabajo estaría justificado en un gran número de situaciones, total, es tan solo una bofetada. Intentémoslo y veamos las consecuencias…

 

Creo fervientemente que un chirlo, una colleja, una bofetada, un cachete y demás son, simplemente, un instrumento que evita la parte complicada: educar. Los padres tenemos la responsabilidad de educar, de transmitir las herramientas necesarias para que nuestros hijos sean capaces de tomar decisiones con criterio, con argumentos sólidos, razonadas. ¿Eso es una bofetada? ¿Es un acto razonado, con argumentos sólidos y la decisión tomada luego de meditar sobre el acto que la incita? ¿Se nota que estamos empezando a debatir sobre el absurdo o tengo que seguir?

Sin embargo, aún mucha gente considera que un chirlo a tiempo es un gran remedio. Yo nunca le he pegado a Matías, espero no hacerlo nunca. Desde luego, lucharé con todas mis fuerzas para que mi lado más bárbaro no se apodere de mí y pierda los nervios de tal forma que llegue a una situación de la que me arrepentiré toda mi vida. También estoy convencido de que la forma correcta es intentar explicar siempre, tantas veces como sea necesario, lo que está bien y lo que está mal. «Es que se lo he dicho ya 30 veces», pues dilo 31 si hace falta. Desde luego, las explicaciones siempre tienen que ir acompañadas de un argumento sólido, no vale eso de «no hagas esto porque lo digo yo». Vale, yo soy tu padre, pero aún así a todos nos gusta saber porqué no debemos hacer algo. No es fácil, en concreto Matías no hace mucho caso que digamos, aunque le doy el margen de que tiene 2 años y todavía no entiende muy bien lo que le explicamos. Otro punto importante, en mi opinión, es que las cosas hay que explicarlas aunque pensemos que no entiende. Yo le explico todo a Matías desde que nació, absolutamente todo, intentando hacerlo en términos comprensibles para él. Sé que será más difícil cuando pueda ser él quien pregunte más e indague sobre temas escabrosos, pero yo intentaré siempre explicar. 

Por último, no nos olvidemos de que nuestros hijos son nuestros primeros imitadores, tal y como demuestra la foto que puse… No importa si nos llevamos mal o bien con ellos, si tenemos una relación profunda o distante, simpre, en todos los casos, de una forma o de otra, nos imitan. Cuando hablo de imitar no me refiero únicamente a que copian, sino que todo lo que ven y escuchan de nosotros afecta a su comportamiento futuro. Por ello, los primeros que debemos ser fieles a nuestros principios y a nuestras ideas somos nosotros mismos, los padres. Desde el día que nace nuestro hijo, tenemos la responsabilidad de ser cada día mejores porque tenemos un par de ojos que nos vigilarán el resto de nuestras vidas. Además, esto ocurre en los momentos menos pensados. Lo que decimos frente al televisor, las opiniones que soltamos sobre nuestros jefes o nuestros compañeros de trabajo, la forma en que tratamos a nuestra pareja, a nuestros padres, a nuestros hermanos, el trato que damos al resto de quienes nos rodean. Si nosotros faltamos el respeto al maestro de nuestro hijo, él lo hará. Indudablemente.

Un abrazo,
Fede

Muchas gracias por darnos los mejores 2 años de nuestra vida. Feliz cumpleaños Matu.

Matias cumple 2 años

Matías cumple 2 años

Este mes de Agosto nos lo pasamos casi entero en casa, salvo la última semana, que yo me tomé de vacaciones. No teníamos planes, pero el sábado nos pusimos a mirar y decidimos que Matías tenía que experimentar el mar en su propia carne. Le encanta el agua en todas sus formas (pileta, bañera) y supusimos que el mar supondría una experiencia interesante para él.

La cuestión es que terminamos en el mar menor, en concreto, Los Alcázares, provincia de Murcia. El lugar nos gustó, había poca gente y es un pueblo de playa muy tranquilo. Lo disfrutamos mucho. Tal y como lo imaginábamos, Matías vio el mar y quedó alucinado desde el primer momento. Según él, la «piscina gaaande». Antes de llegar a la arena ya divisaba la inmensa masa de agua gritando «mira, mira, piscina, mira». Nos divertimos mucho.

Nos hospedamos en el hotel Husa 525. Es un hotel nuevo, de 4 estrellas, muy bien equipado y con unas comodidades excelentes. Ampliamente recomendable, seguramente volvamos.

Acá dejo unas fotos del viaje: Los Alcázares.

Saludos,
Fede

Ale y Matias en Buenos Aires

Ale y Matías en Buenos Aires

Faltan 3 horas y 2 minutos para que aterricen y pueda reunirme con ellos nuevamente. Los nervios me están consumiendo, ¡necesito abrazarlos ya!

FauniaHace un par de semanas fuimos a pasar una tarde en Faunia. Aprovechando el buen tiempo que hacía, quedamos con David, Sabrina y Valentino para que Matías pudiera tener la oportunidad de tocar de cerca algunos animales. El lugar necesita un poco de alegría, la verdad es que no da buena imagen, pero los chicos se lo pasaron bárbaro con la fauna que había al alcance de sus manos y disfrutaron un montón. Lo mejor fue ver cómo Valentino llevaba a Matías de la mano y le iba explicando todo, con sus palabras, cada jaula y cada bicho que veían. Genial.

Acá subo algunas fotos de ese día: Album de Faunia.

Saludos,
Fede

Hoy es el día del padre en España, coincidiendo con San José. Yo estoy contento. Hay quien se queja de las celebraciones porque dice que se usan comercialmente, para que consumamos más y compremos regalos. Yo, sin embargo, soy de los que prefiere quedarse en el mero acto de festejar. Con o sin regalos. Lo de los regalos es un añadido, que se agradece y se disfruta, tanto recibiendo como dándolos. Pero no hacen al hecho de celebrar el día del padre, de la madre, del hijo, del hermano, del sobrino o lo que toque. Tampoco me gusta caer en eso de «día del padre son todos…», eso es una estupidez. Claro que son todos, pero más estúpido es levantarse todas las mañanas y llamar tu padre para decirle «Feliz día papá, ya sabés que a mi no me atrapa el sistema, para mi todos los días son tu día, por eso te llamo.». Lo más probable es que los primeros días a tu padre le haga gracia, pero al cabo de cierto tiempo te aconsejará que visites a un psicólogo. No tiene nada de malo fijar un día al año para felicitar a tu padre y para que te feliciten tus hijos. Es dedicarnos un tiempo a esa relación, esa figura que tanto significa en la vida de todos. ¿Qué día es? Eso es una simple convención, lo importante es detenerse y dedicar un momento a tu padre.

En mi caso, disfruto doblemente. Tengo la suerte de poder llamar a mi padre en cada día del padre para felicitarlo y ahora es mi hijo quien también, a su manera, me saluda en este día. Por ser su padre. Hoy, por primera vez, Matías me dio un regalo que hizo él en la guardería. Un señalador pintado con sus deditos. Además de hacerlo artesanalmente, me lo entregó en la mano, previa indicación de la madre, claro. «Andá, dale a papá su regalo». Fue un momento único, irrepetible. Estirando su mano para hacerme entrega del señalador, delicadamente envuelto por sus maestras. Eso sí, pocos minutos después extendía su mano para que se lo devuelva, cosas de la edad…

¡Feliz día del padre a todos los padres! Espero que lo disfruten tanto como yo.

Saludos,
Fede

MatÃas nadadorCuando volvimos de vacaciones, hace ya unos 3 meses, decidimos inscribir a Matías en natación. Llamarlo natación quizás es un poco pomposo, en realidad es una actividad de media hora dos veces por semana para que Matu tome contacto con el agua más allá de sus baños diarios. Se nos ocurrió que podría disfrutar del agua ya que desde un primer momento notamos lo mucho que se divierte cada vez que lo bañamos. Cuando le decimos: «Matías, ¿vamos a bañarnos?», él deja lo que esté haciendo y sale corriendo disparado en dirección al baño a la espera de que llenemos su bañerita y lo metamos en el agua. Le encanta.

Y cierto es que le encanta también la pileta del gimnasio, se ríe y disfruta del chapoteo. El primer día fue de respeto mutuo. El agua tan abundante y Matías todavía no se conocían y había que guardar una protocolar distancia, sonrisas las justas y dejar lugar para un futuro entendimiento. Afortunadamente, dos clases después Matías y la piscina ya encajaban perfectamente. Se divierte, se ríe, juega y mientras tanto se va acostumbrando a estar en el agua. Por supuesto, siempre está acompañado de Ale, sólo todavía no puede hacer nada, aunque ya se anima a tirarse al agua desde el borde en busca de los brazos de mamá que lo atajan enseguida. Eso le gusta mucho, además de juntar pelotas de plástico por todos lados… pero eso es otro tema.

Como se puede ver en la foto, el equipamiento es completo. También tiene un gorro que sólo deja que se lo pongamos cuando está por entrar a la pileta.

Un abrazo,
Fede

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